SANTO DOMINGO.- En su reciente intervención en el programa matutino “Opción De La Mañana”, Homero Figueroa, Vocero de la Presidencia, destacó un punto crucial que ha marcado la historia política de la República Dominicana desde su independencia en 1844: la constante reforma constitucional en aras de asegurar la continuidad del poder. Con un total de 39 modificaciones a la Constitución a lo largo de los años, Figueroa señaló la urgencia de abordar esta cuestión como una deuda histórica con el pueblo dominicano y con la institucionalidad democrática del país.
Desde su fundación como nación independiente, la República Dominicana ha sido testigo de un patrón preocupante en su historia política: la reforma constitucional como un medio para consolidar el poder en manos de unos pocos. En lugar de servir como un instrumento para fortalecer la democracia y proteger los derechos de los ciudadanos, la Constitución ha sido manipulada repetidamente para perpetuar el control de aquellos en el poder.
La llamada de Figueroa a una “reforma definitiva” de la Constitución resuena con la necesidad de poner fin a este ciclo de cambios constitucionales que solo sirven para mantener el statu quo político. Una reforma integral, diseñada para evitar futuras enmiendas orientadas a consolidar el poder de una élite política, es esencial para garantizar la estabilidad y el progreso democrático de la nación.
La propuesta de Figueroa apunta a establecer un marco constitucional sólido que promueva la alternancia en el poder, fortalezca los mecanismos de rendición de cuentas y proteja los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. En lugar de ser un documento sujeto a los caprichos políticos del momento, la Constitución debe ser un faro de estabilidad y justicia que guíe el rumbo del país hacia un futuro más próspero y equitativo.
La reforma constitucional no es una tarea fácil ni debe tomarse a la ligera. Requiere un compromiso genuino con los principios democráticos, así como un amplio consenso entre todas las fuerzas políticas y sociales del país. Sin embargo, es una tarea urgente y necesaria si queremos romper con el ciclo de inestabilidad política y asegurar un futuro de paz y prosperidad para todos los dominicanos.
En última instancia, la propuesta de Homero Figueroa es un llamado a la acción para todas las fuerzas políticas y sociales del país. Es hora de dejar de lado las diferencias partidistas y trabajar juntos en la construcción de una República Dominicana más justa, democrática y próspera. La reforma constitucional es el primer paso hacia ese objetivo, y es responsabilidad de todos nosotros asumir ese desafío con determinación y voluntad de cambio.