El haitiano que le quitó la vida al tio de Soto Jiménez es conocido como blanké. No se tiene nombre preciso porque los haitianos casi nunca se les puede identificar por el nombre real.
Juan José Jiménez se encontraba en el segundo piso, de repente escuchó una discusión y bajó para ver qué sucedía. Al abrir la puerta el haitiano Blanké le cortó un brazo sin mediar palabras.
Ese haitiano tenía apenas unos 15 días como ordeñador del ganado de la finca de Juan José Jiménez.
Luego subió al segundo piso donde Juan José Jiménez estaba conversando con una arquitecta y le cortó la cabeza en el acto. No se llevó nada, no se robó nada, solo una cadena y una pistola.
A partir de esto hay que descartar el robo, pues se trata de una acción premeditada y podría ser tipificada como crimen de odio.
En el lugar han comenzado a prenderle fuego a las viviendas de los nacionales haitianos y comenzaron una especie de cacería. Los destacamentos están llenos de haitianos buscando protección.
Esto sucede, justamente, cuando se cumplen 85 años de la matanza del perejil de 1937.
Ante lo que ha ocasionado este conflicto en Puerto Plata debemos cuidar de que no se repita esta historia. Pero también al mismo tiempo es un llamado de atención a las autoridades dominicanas para que, desde ya, comiencen a regularizar mejor la situación de la migración haitiana.
Aquí hay lugares en donde no se puede entrar como el hoyo de Friusa, donde gran parte de la población son haitianos.