Estados Unidos ve con preocupación la compra de terrenos agrícolas por parte de ciudadanos o empresas chinas. Ya 24 estados han propuesto o aprobado iniciativas legales para restringir la adquisición de tierras por parte de extranjeros. Las autoridades ven la necesidad de hacer algo contra lo que consideran una seria amenaza a la seguridad nacional.
Solo el 2021, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó que 146 inversores chinos diferentes poseían 383,935 acres en tierra estadounidense repartidas en 366 parcelas con un valor total de US$ 2.1 billones. El temor radica en que si empresas o ciudadanos chinos incrementan la compra de tierras agrícolas podrían controlar la cadena de suministro alimenticio de Estados Unidos.
También preocupa que las adquisiciones se realicen cerca de bases militares con presuntas intenciones de espionaje. Tal es el caso de la compra a inicios de año de una parcela a poco más de 19 kilómetros de la base Grand Folks de la Fuerza Aérea en Dakota del Norte, por parte de la empresa china Fufeng Group, basada en Binzhou, para construir una planta de tratamiento de maíz.
En este sentido, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis aprobó la ley SB 264, en vigor desde julio, que prohíbe a ciudadanos chinos la compra de tierras en el estado si no poseen la ciudadanía estadounidense o no son residentes permanentes. Pero permite a los nacionales chinos con visa estadounidense comprar un máximo de dos acres de tierra siempre que se encuentren al menos a ocho kilómetros de una instalación militar.
Esta ley también prohíbe a los ciudadanos de Rusia, Corea del Norte, Irán, Cuba, Siria y Venezuela que compren tierras ubicadas a una distancia menor a 16.09 kilómetros de una base militar o infraestructura estratégica. El senado de Texas aprobó una ley similar (SB 147) en abril para restringir las compras de ciudadanos de China, Rusia, Corea del Norte e Irán.
Esta ley se basó en una legislación similar del 2021 que prohibió a empresas de Texas y funcionarios estatales hacer obras de infraestructura donde figuraran intereses de esos cuatro países. La ley fue en respuesta a la compra de unos 140.000 acres por parte de un magnate inmobiliario con sede en Xiajiang, región al nororeste de China, para la construcción de una granja eólica cerca de la base Laughlin de la Fuerza Aérea en Del Río, Texas.
En septiembre CNN informó que Syngenta, una de las empresas de pesticidas más grandes del mundo, opera en 43 estados de Estados Unidos. Syngenta tiene tierras en Florida, Iowa y California. Pero, aunque su sede está en Suiza, la dueña es ChemChina, una empresa controlada en su totalidad por el gobierno chino. En el 2020 el Departamento de Defensa de Estados Unidos designó a ChemChina como una empresa militar.
Entre las subsidiarias de la China National Chemical Corp. (ChemChina) están importantes proveedores para el Ejército Popular de Liberación, como se le conoce al ejército chino. Así figuran la fabricante de propulsores China National Bluestar Corp. y el Instituto de Investigación y Diseño de la Industria del Caucho encargado de manufacturar neumáticos para aviones y vestimenta militar.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos confirmó el aumento de la cantidad de tierra agrícola en manos extranjeras. De 800.000 acres al año entre 2011 y 2015, subió a 2,2 millones de acres anuales entre 2015 y 2021.
Una encuesta realizada en marzo de este año por el Pew Research Center reveló que el 83% de los americanos tiene una opinión negativa de China. Y cuatro en 10 estadounidenses describen a China como enemigo de Estados Unidos, más que un competidor o socio.
Por José Andreu Figueroa. Miami, Florida.