La población civil de Gaza enfrenta ahora un drama más. El ingreso de la ayuda humanitaria que espera en la frontera sur de la franja con Egipto ingresará solo bajo la condición de que el grupo Hamás libere a los casi 200 rehenes israelíes que tiene cautivos, así lo señaló el primer ministro Israel, Benjamín Netanyahu. El presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, ya había accedido a abrir el cruce fronterizo de Rafah para permitir el ingreso de 20 camiones con ayuda, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien visita Israel para coordinar diferentes aspectos del conflicto.
La condición impuesta por Netanhayu ubica a Hamás en la posición de permitir que la urgente ayuda humanitaria llegue a la población que votó por ellos el 2006 y les dio el control del gobierno de Gaza, o que el grupo islamista priorice su interés político de ir hasta las últimas consecuencias en su objetivo de destruir al Estado de Israel. Aunque eso signifique más sufrimiento para los palestinos.
Además, si Hamás accediera a liberar a todos los rehenes, le dejaría el campo libre a Israel para realizar sin obstáculos la invasión militar de Gaza como parte de su objetivo explícito de eliminar a todos los miembros de la milicia islámica. La inflexibilidad de posiciones de ambos bandos podría estar basada en dos aspectos. La necesidad de Israel de vengar a los 1,400 ciudadanos asesinados por Hamás en su ataque sorpresa, y para los extremistas islámicos de extender al máximo el sentimiento de victoria que le significó este ataque y la repercusión internacional que ha tenido.
La situación de los rehenes y la población de Gaza se complicada a cada instante. Ahora la suerte de ambos está relacionada, pero no depende de ellos. Peor aún, no hay ninguna negociación, al menos de manera explícita, sobre qué se hará. No hay siquiera un compromiso para un cese al fuego bilateral. Hamás aún continúa disparando cohetes sobre ciudades israelíes, mientras que la fuerza aérea de Israel responde con devastadores bombardeos.
Se decía que Catar y Turquía estaban mediando para el tema de los rehenes, pero no hay nada confirmado al respecto. Hamás dijo, a pocos días de iniciada la guerra, que comenzaría a ejecutar rehenes si continuaban los bombardeos, pero nada indica que haya cumplido esa amenaza.
Los poco más de dos millones de habitantes de Gaza ya cuentan 3,500 muertos por los bombardeos incesantes que sufren desde el 7 de octubre, cuando Hamás invadió Israel mató a civiles y militares y tomó rehenes. Desde ese mismo instante Israel declaró el bloqueo total de Gaza lo que ha causado desabastecimiento casi completo de agua, comida, medicinas, electricidad y combustible para ya, de por sí, empobrecida población palestina.
Además, aproximadamente un millón cien mil habitantes de la mitad norte de Gaza fueron obligados a desplazarse en medio de los bombardeos a la mitad sur de la franja, tras la orden de evacuación ordenada por Israel ante la inminencia de una invasión terrestre a gran escala.
Gaza, un territorio de 40 kilómetros de largo por 10 kilómetros de ancho, es el lugar más densamente poblado de la Tierra. El nivel de concentración es tal que unas 21,034 personas viven en 2.59 kilómetros cuadrados (una milla cuadrada), según Demografía Mundial de las Áreas Urbanas.
Recordemos que los palestinos viven en Gaza, con Hamás en el poder, y también en Cisjordania donde gobierna la Autoridad Nacional Palestina, presidida por Mahmoud Abbas, quien pertenece al partido Fatah, rival de Hamás, y que perdió las elecciones del 2006 en Gaza. Aunque Abbas tiene el reconocimiento de muchos países de occidente es resistido entre la comunidad de países árabes.
Por José Andreu Figueroa. Miami, Florida.