En Perú al presidente se le derrumba el Castillo

El presidente del Perú, Pedro Castillo, renunció a su militancia en el partido Perú Libre. Agrupación política de izquierda con la que ganó las elecciones en 2021. La renuncia del mandatario fue en respuesta al pedido que le hizo el Comité Ejecutivo Nacional de su partido. Argumentan que “las políticas emprendidas por su gobierno no guardan consecuencia con lo prometido en la campaña y menos con el Programa e Ideario del partido. Implementando el programa neoliberal perdedor”.

Perú Libre acusa también a Castillo de: promover el quebrantamiento de la unidad partidaria, fracturar a la bancada congresal. E invitar a la disidencia y promover la inscripción de dos partidos paralelos dentro del seno de Perú Libre.

Las pugnas internas dentro de Perú Libre (PL) son evidentes desde la campaña electoral. A Castillo se le cuestionó por la cercana presencia de Vladimir Cerrón, a la sazón secretario general de Perú Libre. La opinión pública percibía que Castillo sería el títere de las decisiones de Cerrón, quien no pudo ser el candidato presidencial de su partido. Castillo siempre trató de tomar distancia de Cerrón por estar preso acusado de corrupción.

Tras la renuncia de Castillo, Cerrón dice que Perú Libre no será oposición al presidente en el Congreso. Pero es claro que tampoco serán aliados. Fue el propio partido que solicitó la salida de Castillo de sus filas acusándolo de traidor a los objetivos políticos de Perú Libre desde el gobierno.

Recordemos que Perú Libre es un movimiento de entraña marxista-leninista de línea ortodoxa. Al parecer el ejercicio de Castillo en el poder no ha colmado las expectativas de Cerrón y compañía. Tras ganar las elecciones, dijo que “era el partido y no las personas las que gobernarían al Perú”.

Ahora Castillo no tiene mayoría en el Congreso. Tampoco tiene asegurado el apoyo de quienes, como él, renunciaron a su partido. De los 37 congresistas elegidos por su ahora ex partido, 17 renunciaron a la bancada oficialista en los últimos meses. Según declaró la congresista de PL, Margot Palacios, el presidente estaría ofreciendo carteras ministeriales a algunos congresistas de la bancada oficialista. Esto a cambio que se alejen de PL y lo apoyen desde otra bancada.

Por otro lado, la renuncia de Castillo ocurre en el contexto donde él y muchos de su entorno enfrentan más de 12 investigaciones fiscales. Esto en apenas 11 meses de gestión. Su popularidad también está en picada. Una encuesta de Ipsos difundida en junio reporta que el 70% desaprueba su gestión, uno de los más bajos en Latino América. El 60% está a favor de que el presidente sea investigado. Y en la misma encuesta el 62% cree que Castillo debe renunciar a la presidencia.

Castillo se ha salvado dos veces de ser destituido por el Congreso por incapacidad moral. Ha tenido casi cinco gabinetes ministeriales, realiza constantes cambios en los puestos ministeriales. En el contexto de su renuncia al partido, enfrenta la reciente censura de su ministro del Interior, Dimitri Senmache.

Poco podrá hacer Castillo para poder gobernar con cierta calma. Nada asegura que la evidente debilidad política de Castillo no favorezca la presentación de una nueva moción de censura en su contra. Ahora quizá apoyada por sus ex correligionarios, y sea finalmente removido del cargo. En el pedido de “renuncia irrevocable” de Perú Libre publicado en el Twitter de Vladimir Cerrón, conminaba a Castillo a salir voluntariamente.  Antes de iniciar un “proceso administrativo disciplinario”. ¿Será que en el Perú se viven los últimos meses de Castillo como presidente?

Por: José Andreu Figueroa, Miami, Florida.

 

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