Enfermedades de la Biblia que están presentes hoy

En aquel tiempo no existía la palabra enfermedad, sino peste o demonios porque estaban asociadas con el pecado. De ahí que las personas acudieran a Jesús con el doble objetivo: que le perdonara sus pecados y les sanara.

Algunas de esas enfermedades que ya existían  incluso antes, continúan deteriorando nuestra salud al día de hoy. En la Biblia se hace referencia a 39 enfermedades, pero solo escogimos algunas que tienen vigencia hoy.

La lepra

En la Biblia hay varias alusiones a esta enfermedad. La siguiente está extraída del evangelio de Mateo: “En aquel tiempo al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: ‘Señor, si quieres, puedes limpiarme’. Extendió la mano y lo tocó diciendo: ‘Quiero, queda limpio’. Y en seguida quedó limpio de lepra”.

En la actualidad, la lepra es una enfermedad muy relacionada con la pobreza, pues las condiciones inherentes a la penuria como la mala alimentación. El hacinamiento y la falta de higiene favorecen su expansión. Se trata de una enfermedad crónica producida por el Mycobacterium leprae. Esta bacteria fue descubierta por el científico noruego G. A. Hansen, por lo que la lepra también se conoce como enfermedad de Hansen.

La sarna

“El Señor te herirá con forúnculos de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de los que no podrás curarte”. Dijo Moisés a los israelitas en un discurso en el que enumera las bendiciones y las maldiciones de Dios. Según se recoge en el Deuteronomio, uno de los libros que componen el Antiguo Testamento.

La sarna, que lleva afligiendo a los seres humanos desde la antigüedad, sigue estando muy presente en nuestros días. La OMS calcula que unos 200 millones de personas en el mundo sufren esta patología.

Se trata de una infestación parasitaria causada por un ácaro que se mete en la piel y deposita allí sus huevos.

Esto desencadena una respuesta inmunitaria que produce picor intenso y erupciones en la piel.

La tuberculosis

En el mismo discurso en el que Moisés hablaba de la sarna, también citaba la tuberculosis. “Yavé te castigará con tuberculosis, fiebre, inflamación, quemaduras, tizón y roya del trigo, que te perseguirán hasta que mueras”.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria y que afecta, sobre todo, a los pulmones. Se transmite por vía aérea a través de las gotas que las personas enfermas emiten al toser o estornudar.

“Cuando se produce el contagio, el sistema inmunitario se defiende. En la mayoría de los casos resulta eficaz y las bacterias son eliminadas o quedan en el organismo, pero bajo control. Éstas son personas con infección tuberculosa latente, pero no enfermas. Sólo el 10% de las personas infectadas enferman a lo largo de la vida”, subraya la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

La ceguera

“Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: ‘¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!’. Cuando Jesús estuvo en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó: ‘¿Creen que puedo hacer esto?’ Contestaron: ‘Sí, Señor’. Entonces Jesús les tocó los ojos diciendo: ‘Hágase así, tal como han creído’. Y sus ojos vieron”. Este fragmento del evangelio de Mateo es una de las múltiples referencias a la ceguera que podemos encontrar en el Nuevo Testamento.

Tanto en la antigüedad como en nuestro tiempo, la ceguera es altamente incapacitante. Porque la mayor parte de la información que necesitamos en el día a día la obtenemos mediante la vista. La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) explica que, en la actualidad, las causas más habituales de ceguera son: la diabetes. El glaucoma, la degeneración macular y las cataratas.

 

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