Francisco Tavárez asegura, la reforma constitucional es “histórica y necesaria”

SANTO DOMINGO.- En su análisis sobre la reciente reforma constitucional que aborda los aspectos de la reelección en la República Dominicana, Francisco Tavárez, periodista y director del Grupo de Medios El Demócrata, señala con firmeza la importancia de reconocer tanto lo bueno como lo malo en la política dominicana. Para Tavárez, esta reforma es “histórica y necesaria,” un paso que, según él, “debía cerrarse de una vez y para siempre.”

La reforma establece un límite de dos mandatos consecutivos, sin posibilidad de volver a optar a la presidencia, una medida que, a su juicio, marca un antes y un después en el escenario político nacional.

Tavárez asegura que este cambio, “sin importar el nombre” de quien gobierne, representa un cierre definitivo del capítulo sobre la reelección continua en el país, algo que históricamente ha generado tensiones y divisiones en la política dominicana.

Según Tavárez, es crucial que los ciudadanos no solo critiquen cuando las cosas andan mal, sino también que reconozcan y celebren cuando se logran avances significativos. En sus palabras: “Lo malo, no importa de quién sea, se va a criticar; pero cuando hay algo bueno, usted tiene que reconocerlo y aplaudirlo.”

El periodista también enfatiza que aunque este cambio es relevante, no debe asumirse que es inmutable. Tavárez alerta que cualquier medida escrita en la Constitución puede, eventualmente, ser modificada.

La responsabilidad de proteger estos “cinco candados” que blindan la Carta Magna en cuanto a la reelección, afirma, recae en toda la sociedad dominicana.

“La Constitución sufre cambios,” observa Tavárez, recordando que, aunque la tinta de la ley es indeleble en teoría, en la práctica, son los ciudadanos quienes deben velar por su preservación.

En su intervención, Tavárez invita a la sociedad dominicana a asumir el rol de vigilante activo, reconociendo que el peso de estos cambios históricos no depende únicamente de las instituciones, sino de la ciudadanía y de su compromiso para hacer valer las reformas que resguardan la democracia.

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