SANTO DOMINGO. — El escritor Avelino Stanley atribuyó que la literatura dominicana no ha trascendido en el plano internacional porque los dirigentes han desviado la identidad del pueblo, debido a que es una nación multiétnica, y solo se le ha presentado que son descendientes de europeos.
Asimismo, indicó que a los gobernantes no les ha importado la cultura dominicana para promover la literatura tanto a lo interno como a lo exterior del país, y en los casos en que esto se ha llevado a cabo ha sido de manera parcial.
“Estos elementos han producido que las obras literarias sean promovidas por los mismos autores, lo que en algunos casos se presenta como si se estuviera presumiendo de lo que se ha escrito, por lo que es una labor que deben llevar a cabo los catedráticos”, dijo.
Durante una entrevista en el programa «El Demócrata TV», por el politólogo Marino Berigüete, sostuvo que la nación dominicana no ha querido destacar en el plano internacional a autores que han trascendido como Juan Bosch y Pedro Henríquez Ureña, lo que ha llevado a la falta de reconocimiento de la literatura dominicana.
Stanley expresó que a pesar de los géneros literarios dominicanos como la poesía y el ensayo haber trascendido, las novelas han tomado técnicas narrativas que se han desarrollado en otros países varios años después de estas haber sido creadas.
Sostuvo que las autoridades que han estado a cargo del Ministerio de Cultura han tenido un poco de planificación en la parte de implementar proyectos para promover la literatura, y, en consecuencia, no se le ha dado la importancia que amerita promover esta actividad.
El novelista dijo que los neoliberalismos ligados a la globalización han provocado que jóvenes, principalmente los universitarios, hayan dejado a un lado las humanidades que forman individuos con sentimientos, y se concentren en la parte tecnológica…
“La República dominicana ha tenido un crecimiento disparejo en el cual lo económico ha crecido y lo cultural se ha reducido, y si no van del par, no puede existir un verdadero desarrollo, por lo que es un problema complejo que es más cómodo para los gobernantes al no tener personas que no piensen y se convengan con el clientelismo”, dijo.