Seguimos con el segmento de “marcas que hacen historia” un espacio creado para las propuestas. En esta ocasión tengo el privilegio de conversar con un padre y sobre todo un dominicanista, José Miguel Soto Jiménez. A propósito de su nuevo libro “El doctor”.
El libro trata sobre Joaquín Balaguer y quiero introducir este conversatorio preguntando ¿Por qué escribir sobre Balaguer?
En primer lugar, te responderé lo que no es este libro. Este libro no es una biografía de Balaguer porque no es mi especialidad.
Tampoco es una obra apologética y laudatoria de Balaguer, ni es una obra de condena o insultos. Este libro es un intento de una radiografía en la forma de un ensayo político del doctor Balaguer.
Estamos hablando de un individuo que fue presidente seis veces de este país. Se le acusó de asistir a procesos acomoditicios y hasta fraudulentos para obtener el poder. Pero regresó en el 86, ganó abiertamente y nadie discute que ganó contra el poder.
Hay que repensar a Balaguer no para copiarlo, aunque es una figura irrepetible en lo bueno y en lo malo. Es alguien que tenía muchas condiciones: historiador, poeta, político, ensayista, etc.
Balaguer construyó su propia leyenda y a diferencia de lo que piensan muchos de sus seguidores él no era un individuo predestinado. El doctor fue el resultado de un largo aprendizaje.
Vamos a analizar al Balaguer académico. ¿No hay un Balaguer que se despega del presente académico en su última etapa?
Lo primero que debemos decir es que la observación de los contrarios sobra porque aprendí en el mundo militar que sin enemigos no hay batallas.
Balaguer era un hombre premeditamente enigmático. Balaguer es un individuo novelable, aunque en el caso de él no es una ficción, es una realidad. Dichoso para unos y desafortunados para otros.
Fíjate que sus enemigos finalmente lo declaran el padre de la democracia. Es el único político en la historia dominicana que puedes saber de donde sacó sus medidas en base a su cultura.
Balaguer pensaba y se creía a él mismo un romano. Los griegos son los padres de la filosofía, pero los romanos son los padres de la política.
Si ves las citas de Balaguer y sus actuaciones, incluyendo temas tan interesantes como la reforma agraria que los tomó Balaguer de la segunda república española. Pero está ahí la figura de Cayo uno de los padres de la reforma agraria de Roma.
¿Por cómo ese Balaguer que hablaba tanto de Grecia y de los romanos logra conquistar al campesino dominicano? ¿cómo logra convertirse en su líder, no es una contradicción?
Este es un país que tiene muy presente su historia viva, en cualquier colmadón de este país se habla de historia y política.
Balaguer era un conocedor de la historia dominicana y ese es un aspecto fundamental para ser presidente en este país. Fue un decodificador del alma del pueblo dominicano como lo hizo Trujillo.
Los grandes políticos dominicanos son decodificadores del alma del dominicano. Para mí el primer decodificador fue Trujillo, centrado en el punto de la demencia del dominicano.
Trujillo usaba toda la parafernalia para impresionar a las masas, aunque eso no se lo inventó Trujillo. Impresionaba la sencillez de un país fundamentalmente rural.
Entre las locuras que decodificó Trujillo fue el autoritarismo del dominicano, fíjate que todavía la gente dice que aquí hace falta un Trujillo.
¿Cómo llega Balaguer a Trujillo? ¿Quién fue maestro de quién Balaguer de Trujillo o Trujillo de Balaguer?
Trujillo fue el maestro de Balaguer al punto que su biblioteca estaba preñada de todas las cosas de Trujillo.
¿Se pudiera hablar que Balaguer es un déspota ilustrado? Claro que lo es.
Seguiremos con este tema.