Los honorables miembros de la Superintendencia de electricidad justificaron su aumento salarial con el argumento de que lo hicieron para contrarrestar la inflación de la economía.
Según ellos no dependen del presupuesto nacional por consiguiente podían hacerse su aumento y además porque desde el 2016 no se hacía una revisión de salario.
Claro que el Consejo lo iba a aprobar porque el salario de todos ellos aumentaba a más de 300 mil pesos con el aumento.
Ahora bien, se le puede formular una a los miembros de ese Consejo. ¿Para subir la factura eléctrica no pensaron en la inflación que también vive la población?
Su corazón bondadoso alcanzó a ver la inflación en los bolsillos de personas que cobran salarios de lujo. Y aunque también le aumentaron a los conserjes no es lo mismo aumentarle 2 mil pesos a una persona que aumentarse 150 mil.
¿No podían pensar en hacer lo que hicieron después que vieron a la gente decidida a irse a las calles?
Si ahora decidieron suspender el incremento de la factura significa que podían haberlo hecho antes.
El pueblo también pasa factura y les puede jurar que resulta ser más cara que la factura eléctrica que su corazón humano no pudo ver.
En este país las cosas son hasta un día y ese día es el menos pensado. El pueblo no cobra factura, pero la pasa.