Los efectos de Grace se han dejado sentir

El paso por el país de la depresión tropical Grace dejó una estela de viviendas afectadas, personas refugiadas, ríos desbordados y vuelos cancelados. Además decenas de acueductos y circuitos eléctricos averiados. Hasta la mañana de este martes, todo el territorio nacional estaba bajo alerta.

El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) informó en su último boletín que 430 viviendas fueron afectadas, dos de ellas destruidas totalmente. Mientras que cinco albergues acogían a 109 personas desplazadas. Los organismos de socorro movilizaron a 2,050 ciudadanos.

También 73 personas fueron refugiadas en escuelas del Distrito Nacional, Santo Domingo, Monte Plata y San Juan, de acuerdo a un informe del Ministerio de Educación.

En el sector La Javilla (Los Mina viejo), en Santo Domingo Este, 27 personas de 12 familias fueron evacuadas por desplazamiento del terreno donde viven.

De acuerdo a moradores del sector, en la mañana del lunes cayó una enorme piedra en una de las viviendas. Por suerte en ese momento estaba vacía, producto de los derrumbes que afectan el lugar desde el paso de la tormenta Fred.

Otras de las zonas que sintió los efectos del fenómeno tropical en esta demarcación fue la Avenida Barceló, próximo al río Ozama. Sufrió un derrumbe en uno de sus tramos. En ese sentido, el alcalde de Santo Domingo Este, Manuel Jiménez, anunció su intervención, junto al Ministerio de Obras Públicas.

Desbordamientos

Entre tanto, las fuertes lluvias y un gran cúmulo de basura generaron el desbordamiento de varias cañadas, como la ubicada en Arroyo Manzano. Esta se encuentra en la carretera La Isabela, la de La Yuca, en Los Ríos, y la Guajimía, en Santo Domingo Oeste.

Entre tanto, moradores de Los Coordinares, en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, temen por la posibilidad de que se produzca una crecida del río Ozama.

Vuelos

Por otro lado, 16 vuelos programados para el lunes desde el Aeropuerto Internacional de Las Américas, fueron cancelados por la amenaza de Grace.

El COE mantiene las 32 provincias bajo alerta por el riesgo de crecidas repentinas de ríos, arroyos y cañadas por la saturación del suelo.

 

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