Miguel Cruz: un hombre violento y arrogante según el Ministerio Público


El expediente contra Miguel Cruz narra que él solía ser una persona violenta, arrogante, que acostumbraba a ir al Ministerio como si fuese el Ministro. Con frecuencia se quejaba de que había trabajado en la campaña y no le resolvían ninguna de sus demandas.

Miguel Cruz amenazó hace menos de un mes, al consultor jurídico del Ministerio de Medio Ambiente, Edilio Segundo Florián Santana. La razón de la amenaza due porque no le habían autorizado el permiso para exportación de baterías.

«Pero, el pasado lunes cuando Cruz llegó al Ministerio de Medio Ambiente, se presentó al antedespacho de la oficina del director Nacional de Medio Ambiente. Se trata de Juan Manuel Cuervo Desangles, lugar donde se encontraba Alfonso Mendoza y de manera violenta le dio un golpe en la frente».

Mendoza le reclama que, porqué lo golpea, porque nosotros no tenemos esa confianza y Cruz le responde que hiciera con él lo que quisiera. Luego preguntó que si el ministro Jorge Mera había llegado a su despacho, según la descripción de cómo ocurrieron los hechos contemplados en el expediente.

Narra el expediente, que Mendoza se paró y entró a la oficina de Juan Manuel Cuervo Desangles. Ahí se encontraba el director de la oficina provincial de Samaná. Luego se presenta en la oficina el director del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa), coronel Cepeda, también entró el imputado mostrándose violento y amenazante.

Cuervo Desangles le informó a la coordinadora del Despacho del ministro, Carmen Maribel Peralta Cuevas que el imputado estaba en el lugar alterado. La señora Peralta Cuevas de manera disimulada buscó al sargento de la Policía Nicolás Montero.

De inmediato el sargento Montero se presentó al lugar y Cruz le dijo al policía que qué hacía ahí, retírese del despacho. El policía le dice que trabaja en el lugar, que no se va retirar. Cruz vuelve y le hace una señal con la mano que salga. Luego interviene la asistente del ministro, Erika Altagracia Herrera y le dice al homicida «tranquilo el policía trabaja en el lugar».

Observando el patrón de conducta descrito en el expediente era evidente que Miguel Cruz no solo era violento, sino que tenía un complejo narcisista. Quería mandar donde no era jefe y se creyó con tanto poder que incluso pensó que podía asesinar a quien le superaba.

 

 

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