En este trabajo acerca de la ludopatía procuramos abordar el tema desde diferentes miradas. En este orden conversamos con el sociólogo y politólogo Rafael Álvarez de los Santos sobre la visión social de los juegos de apuesta.
Rafael señala que la ludopatía en República Dominicana se ha generalizado a través de las bancas de apuestas tanto de loterías como deportivas y esta masificación incluye a la clase social más baja pues la alta suele irse a los grandes casinos alojados en los hoteles del país.
La República Dominicana cuenta con cuatro compañías principales de loterías autorizadas para promover en el país los juegos al azar, estas son: Lotería Nacional, Loteka, Leidsa y Loto Real.
Las otras son las bancas de apuesta deportiva, una modalidad de apuestas en la que se intenta predecir los resultados de una competición deportiva. La legalidad, la regulación y la aceptación general de estas apuestas deportivas varían, dependiendo a su vez del tipo de apuesta y en qué tipo de deporte.
Un dato sumamente preocupante, según Álvarez, es que en República Dominicana existen 154 bancas de lotería por cada centro educativo, partiendo de que el Ministerio de Educación contabiliza los planteles en 7,348 en todo el país.
Esto tiene otro componente más delicado y es que en cualquier colmado existe un verifone donde las personas pueden acceder a comprar sus números, algunos de ellos están frente a escuelas y los principales clientes son los maestros incluso se ha determinado que hasta entran al mismo centro educativo a venderle sus números que por lo general son abonados.
Según el Ministerio de Salud Pública de la República Dominicana el 60% de población femenina juega más a las loterías, pero en menor proporción de dinero con relación a los hombres; mientras estos apuestan a juegos deportivos.
Esta proliferación de bancas de apuestas se ha masificado a partir del año dos mil en donde el gobernante de entonces, al ver que no podía realizar una reforma fiscal, acudió a la deuda de unos bonos soberanos y estableció que los intereses se pagarían con los juegos de azar.
Desde la promulgación de la Ley 139-11, que regula las bancas, casinos y juegos de azar, el número irregular de estos establecimientos se ha triplicado, partiendo de que las que operan con permiso son 30,750. Sin embargo, estimaciones conservadoras de los “banqueadores” ubican la cantidad en poco más de 100,000, pudiendo llegar a las 120,000 en todo el territorio nacional.
Tenemos más bancas de apuestas que escuelas y farmacias lo que sume aún más en el vicio a las personas que padecen de ludopatía. Como señalaba el psicólogo Mario Minaya debe hacerse una conciencia de enfermedad en el país porque terminar con la ludopatía es imposible ante un estado que promueve las bancas de apuestas y los juegos permitiendo que existan en cualquier lugar.