La Asociación de Industrias de Haití hizo un comunicado apoyando el cierre de la frontera. En este artículo comparto el comunicado ya su vez la interpretación que hace el periodista haitiano Jean Garry Denis en ocho puntos fundamentales.
La Asociación de las Industrias Haitianas (ADIH) saluda y expresa su solidaridad a todos los ciudadanos que exhortan al gobierno a cerrar la frontera con la República Dominicana.
Los gritos del corazón por nuestros compatriotas, reclamando esta decisión, son entendidas y apreciadas. L’ADIH está convencida de que la República de Haití, como todo país, tiene el derecho y la obligación de privilegiar el uso de sus propios recursos para el beneficio de su población.
Nuestra nación, que en las últimas décadas ha padecido tantos sufrimientos, sobrevive a pesar de todo. Aunque esta decisión es muy vinculante para muchos, es preferible superar las dificultades que dependen de la República Dominicana.
Junto a otras organizaciones patronales, tenemos un plan en preparación con las instancias del gobierno para aportar respuestas al cierre unilateral de la Frontera. Aprovechemos esta oportunidad para recuperar nuestro potencial de autosuficiencia.
¡Invirtamos en nuestro país!
Cito los puntos de vista que me compartió el colega Jean Garry Denis, acerca de esta nota, y que entiendo más que oportuno y necesario conocer y analizar en profundidad:
No creo en la solidaridad de este sector privado que se comporta históricamente en contra de los intereses de la nación. Una élite económica responsable no hubiera aceptado un loco, un idiota como Michel Martelly sin plan ni visión a la cabeza de un país recién salido de un terremoto devastador.
Este sector privado solamente piensa en el monopolio y en lo que Fritz Jean llama en su libro Economía de violencia “la captura del Estado”. Consiste en tomar control de las instituciones del estado para el beneficio de los intereses económicos de sus respectivos clanes.
Así las cosas, mucha gente tiene la percepción de que esta élite está aprovechando la unidad del pueblo haitiano sobre el canal de manera inteligente. Quieren monopolizar el circuito de distribución del comercio con RD para eliminar a los pequeños comerciantes haitianos de la frontera y los pequeños productores dominicanos, privilegiando así los puertos marítimos porque son dueños de puertos privados (el comercio del cemento es un ejemplo).
Esta élite no tiene una cultura de inversión y de riesgos, es la razón que explica la alta dependencia de Haití de RD. Es muy refractaria a la inversión extranjera privada porque se siente mucho más cómoda en lo que llamo el caudillismo económico como forma de creación de riqueza. Su apoyo al gobierno corrupto de Ariel Henry acusado de complicidad en el asesinato de Jovenel Moïse y lazos con las pandillas que no tienen ningún proyecto económico, es una muestra clara de este sector privado a sus reflejos tradicionales antieconómicos.
La posición desafiante del pueblo haitiano a Abinader se debe a su comportamiento desproporcionado pensando dejarlo morir de hambre, cerrando su frontera y desplegando militares en su peor momento de crisis por un hecho banal, desde mi punto de vista, y por la gran mayoría de los haitianos. Existía un entendimiento natural entre los pueblos de la frontera, Abinader por su origen, riqueza y proveniencia familiar, nunca entenderá la profundidad y sutileza de esta relación.
Estamos viviendo un gran momento de crisis, por lo que todo haitiano debe reconocer los efectos negativos de la migración hacia RD durante estos últimos años. Hay que resaltar el papel de un sector mafioso (diplomático y militar) en RD en el paso de ilegales y entrega de visado (a veces cuesta 1.000 dólares por un año en contrabando).
Creo en una relación armoniosa y una convivencia pacífica entre los 2 pueblos. El comercio puede proporcionar beneficios mutuos, promover el entendimiento y ayudar a minimizar el fundamentalismo. Ninguno de los países tiene intereses al cese de las relaciones comerciales.
El nacionalismo de uno de los dos países no es la negación del otro, estamos en la era de la Globalización. del Rosario Sánchez, al entrar por Haití en el marco de la Guerra de la Restauración en 1859, dijo: “entro por Haití porque es la única manera de tener acceso a RD, si me van a criticar por eso, diría que yo soy la bandera dominicana”. Eso no afectaba la colaboración de los haitianos con este ilustre patriota dominicano para liberar a su país del yugo español.
Sin lugar a dudas que no hay mejor manera de entender y comprender a Haití, que, haciendo a través del intercambio de ideas, del intercambio de información y puntos de vista, los dominicanos, necesitamos con carácter de urgencia conocer más a Haití, como piensan. , que sienten y cómo ve el pueblo haitiano a república dominicana.
Pero no me refiero a la percepción y los juicios de valor que hacemos los dominicanos al respecto de Haití, me refiero a que debemos escuchar a los haitianos y abrirnos a un debate de ideas y argumentos que nos permitan reafirmar y en muchos casos negar, posturas. y posiciones erradas que hemos construido sobre Haití, partiendo del desconocimiento.
Es por ello qué desde El Demócrata, hemos abierto una línea de comunicación con Haití, y este artículo que surge precisamente de la amistad y admiración hacia el colega, periodista e intelectual Jean Garry Denis, quien ha jugado un papel protagónico en nuestro acercamiento a una importante representación de intelectuales, académicos y políticos haitianos.
Para superar el conflicto y reconstruir los lazos de amistad y confraternidad con Haití, debemos sanar las heridas, y para ello es urgente conocer más a Haití.
Y es verdad que somos una isla, el hombre isla vive dentro de sí mismo, pero no podemos seguir viviendo de espaldas a Haití.
Por: Francisco Tavárez, El Demócrata