China y Rusia han expresado reservas sobre la posibilidad de desplegar una fuerza armada internacional en Haití a pedido del gobierno haitiano. Esto durante una reunión del Consejo de Seguridad el 17 de octubre de 2022 en Nueva York.
Los representantes de los dos países, durante este encuentro tomaron nota del pedido del gobierno de facto haitiano. Pero también de las posiciones expresadas por otros sectores políticos y la sociedad en general frente a una posible intervención extranjera.
La Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh) y el gobierno de Ariel Henry, hacen un llamado a actuar contundentemente contra la violencia. Y también contra la corrupción para poder atender los problemas humanitarios agravados por la epidemia de cólera que ya mató al menos a 25 personas. Hasta el momento se cuenta con el apoyo de la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad.
En cambio, China ha expresado su preocupación por el contexto en el que se desplegaría esta fuerza internacional. Además, pidió “precaución”, ya que las protestas antigubernamentales continúan sin cesar en Haití.
“El gobierno carece de legitimidad y es incapaz de gobernar. ¿El envío de una fuerza de acción tan rápida tendrá el apoyo de los distintos partidos en Haití o enfrentará resistencias? ¿O incluso provocará allí enfrentamientos violentos con la población? preguntó el embajador chino Geng Shuang.
Misma preocupación manifestó Rusia, cuyo representante, Dmitry Polyanskiy, pidió “sopesar todas las consecuencias” del posible despliegue de una fuerza internacional en Haití.
Rusia también criticó la “injerencia en el proceso político haitiano” por parte de “conocidos actores regionales que consideran al continente americano como su patio trasero”.
Sin embargo, aparecen matices entre China y Rusia sobre el tema de las sanciones que impulsan Estados Unidos y México contra los líderes de pandillas. Y también contra quienes las financian.
China expresó su apoyo en principio con algunos “cambios” deseados, mientras que Rusia advirtió que no respaldaría ningún régimen de sanciones ideado “a toda prisa”.
