El sistema sanitario está en peligro en Haití por la marcha de decenas de médicos a otros países debido sobre todo a la violencia, una situación de la que también huyen otros profesionales cualificados, debido principalmente al impacto negativo en el día a día de los haitianos.
Es una nueva batalla sumada al sistema de sanidad en Haití, que podría verse obligado a tener que importar del extranjero profesionales o voluntarios que le sirvan para cubrir este déficit, lo que suma una factura aún más cara para el vecino país, actualmente el más pobre de América.
Según datos del Banco Mundial, Haití tiene un sistema sanitario deficiente, con 0,2 médicos, y 0,4 enfermeras y comadronas por cada 1,000 habitantes.
Y a esa deficiencia se suma la violencia: desde 2018 y hasta hoy, decenas de médicos han sido secuestrados por las bandas armadas que controlan buena parte de Puerto Príncipe, para que traten a los miembros de las pandillas heridos en ataques o en enfrentamientos con la Policía.
Pero no solo el ámbito sanitario se ve afectado por esta migración masiva, sino que todos los sectores sufren de una u otra forma esta realidad. Las universidades, las escuelas y los centros de educación profesional se quejan de que sus profesores abandonan las aulas.
Tanto el sector público como el privado se ven afectados por esta disyuntiva, de la que no escapa ni la Policía Nacional. Ello se produce en un país donde barrios enteros se vacían día a día a causa de la violencia. Haití se ha convertido en el centro de la violencia y la corrupción por culpa de entre 200 y 300 bandas armadas que aterrorizan a la población.