Caos e incertidumbre social en Perú. El presidente Pedro Castillo enfrenta una ola de protestas que trata de frenar declarando toque de queda durante todo este martes. Y también declarando estado de emergencia en la capital Lima. Sin embargo, las redes sociales no han tardado en explotar convocando a marchas para expresar su rechazo a las medidas del gobierno. Se vive un clima de descontento en Lima, que, pese a la inmovilización, se ha manifestado con cacerolazos en varios distritos de la capital peruana.
La ola de descontento empezó la semana pasada con un paro de transportistas que generó bloqueo de carreteras en siete regiones del país. Saqueos y enfrentamientos con la policía, que dejaron al menos un muerto ayer. Los agremiados protestan porque el gobierno decretó reducir el Impuesto Selectivo al Consumo de la gasolina para atajar el aumento del precio de los combustibles. Y el disparado costo de vida. Medidas que los manifestantes consideran no serán una solución permanente a estos problemas.
Perú registró en marzo una inflación de 1,48%, la tasa mensual más alta en 26 años, según datos del propio gobierno. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó además que en los primeros tres meses del año el Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana, la referencia de la inflación en Perú, subió un 1,84%.
El presidente Castillo se salvó a fines de marzo de ser destituido por el Congreso peruano. Cuando la moción para vacarlo por incapacidad moral permanente no alcanzó, por segunda vez en tres meses, los votos necesarios. En su comparecencia ante el Legislativo, Castillo dijo que su destitución sumiría al país en la inestabilidad. Sin embargo, los hechos no parecen darle la razón al mandatario.
La popularidad de Castillo, quien ha cumplido ocho meses en el poder, también está en picada. Una encuesta de El Comercio – Ipsos indica que, de 33 por ciento de aprobación en enero, cayó a 25 por ciento en febrero. Para solo recuperarse muy pobremente a 26 por ciento en marzo. El mismo sondeo, realizado el 8 de marzo, le otorga un inquietante 66 por ciento de desaprobación a nivel nacional.
La inmovilización decretada por el gobierno del martes le generaría pérdidas al Producto Bruto Interno por unos 1,500 millones de soles a nivel nacional. De los cuales, al menos 1,000 millones afectarán a Lima y el puerto del Callao, según los expertos financieros. Gamarra, el importante emporio textil ubicado en el centro de Lima, estima que sus pérdidas serán de unos 20 millones de soles.
Desde que asumió el mando se ha enfrentado a muchas dudas de los peruanos sobre su capacidad para ejercer la presidencia. Sus propias palabras lo han condenado al parecer irreversiblemente ante el país. En una entrevista televisiva con CNN en español, Castillo dijo que “no había sido entrenado para ser presidente”.
Por: José Andreu Figueroa. Miami, Florida
